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“Que sea mía” Prokofiev y el camino del genio

Entrevista a Nadia Koval

Por Alejandra Pultrone para Revista Cultural Refugios

Fotografía Agustín Francis

Nadia Koval nació en Rusia. Ejerce el periodismo y la crítica musical. Radicada en Buenos Aires desde hace muchos años, ha escrito numerosos artículos sobre música clásica y realizado entrevistas a músicos de extensa trayectoria internacional, las cuales han sido publicadas en diversos medios de comunicación.

Actualmente se desempeña como columnista de la revista cultural Quid.

En el año 2016 editó la excepcional biografía en español del compositor ruso Sergei Prokofiev, única en su género en nuestro idioma.




Antes de comenzar, quiero expresar mi agradecimiento a la Licenciada Alicia Pedrido, directora de “Fundar SM”, institución dedicada a la docencia, clínica e investigación en psicoanálisis, quien me invitó a la presentación de tu libro “Sergei Prokofiev”, realizada en septiembre del año 2017 en la sede de dicha institución, en el porteño barrio de Villa Urquiza.

Ahora sí, me gustaría preguntarte acerca de tu propia pasión por la música. Siempre he creído que poder historizar el encuentro con nuestro deseo por alguna expresión artística, nos enlaza a ella de un modo más genuino. Según mencionás en el prefacio de tu libro, tu encuentro con Prokofiev sucedió a tus nueve años ¿Podrías rememorar con más detalles ese momento?


Mi pasión por la música nació del interés por el sonido de los instrumentos musicales. Mi papa tocaba el bayan (una variedad de acordeón). Él me enseñó a tocar unas simples melodías en un piano de juguete que tenía una sola octava. En el jardín de infantes me gustaba escuchar a la maestra de música cuando tocaba el piano. Ella, viendo mi atracción por el instrumento,les recomendó a mis padres que me llevasen a la escuela de música. Más tarde, porque estaban entre las obras del programa de estudio, toqué unas piezas de Prokofiev. Conocí primero su Tarantella de la op. 65. En esta pequeña obra sentí todo lo que puede caracterizar a Prokofiev como compositor: originalidad en el lenguaje y la fuerza expresiva por un lado y el especial y profundo lirismo, por el otro. Después de la Tarantella, me encontré con Pedro y el Lobo, una composición sinfónica con narración. Para mí, es una de las pocas obras clásicas escritas para chicos que introducen al entendimiento de la estructura de la orquesta.



A medida que iba leyendo tu excepcional trabajo, pensaba que estaba leyendo una novela. Tu Sergei Prokofiev es casi un personaje literario gracias al mérito de tu narración. ¿Cuál es tu vínculo con la ficción? ¿Escribiste cuentos o novelas?


Desde el comienzo de mi trabajo sobre la vida de Sergei Prokofiev, elegí una narración simple, entendible para todos. Mi libro no es un texto académico: una de sus partes representa los hechos biográficos del compositor y la otra contiene los recuerdos de sus familiares y amigos. En el libro no hay nada del género de ficción en sí, ya que no hay nada inventado; todo lo que está escrito se basa en los documentos de la vida de Prokofiev. La mayor fuente de información para mi libro fue el diario del compositor, que consiste en 1500 páginas.Acerca de mi otra escritura podría decir que sí, tengo más de 50 cuentos escritos en ruso. Están publicados endistintos sitios web literarios virtuales. Tengo también una novela que se llama Последнийфилантроп (El último filántropo). En español tengo algunos cuentos también. Uno de ellos, en 2010, ganó el segundo lugar en el Concurso para el Bicentenario de la Nación “Relatos de inmigrantes”.


En el prefacio señalás que tu principal motivación al escribir esta biografía del compositor ruso fue compartir el amor por su música. Al ofrecerla en español, tu trabajo además, se acerca a la donación, ya que no hay en nuestro idioma otra obra como la tuya.

Es bellísimo el recuerdo de su madre -que citás en el libro- cuando el pequeño Sergusha, según sus palabras, “ corría desde su cuarto al hall donde se hallaba el piano y decía: esa canción me gusta, quiero que sea mía.”

¿Cómo imaginás que nace en Prokofiev su amor por la música?


El nacimiento de un genio es un misterio. Pero su desarrollo siempre se articula con la familia. En el caso de Prokofiev fue, indudablemente, la madre que lo introdujo al mundo de la música. María Grigorievna sabía tocar bien el piano. No retaba al pequeño Sergei cuando se acercaba al instrumento mientras ella practicaba. Cuando notó sus ganas de aprender a tocar el piano, le buscó un repertorio amplio y atractivo. Sostenía el interés del niño por la música y no forzaba los estudios exigiendo la aburrida memorización.



En tu trabajo, hay varias transcripciones del diario que llevaba el músico. Es indudable su lazo con la escritura desde su infancia-a partir de la iniciativa de su madre- quien lo alienta ¿Pensás que este consejo materno tuvo un deslizamiento en su modo de concebir su música? Me refiero a no dejar nada sin registro, a considerar todo pensamiento como valioso, merecedor de su conservación.


Para mí este consejo nació de la madre para que su hijo permaneciera constantemente en un estado de creatividad, para que buscase la inspiración en su vida cotidiana. Gracias a este consejo, sin dudas, creció en Prokofiev una increíble capacidad para trabajar. Basta mencionar que al final de su vida, estando muy enfermo, seguía trabajando en el hospital. A pesar de la prohibición de los médicos, seguía trazando sus ideas musicales en unas servilletas de papel, que luego escondía bajo la almohada.



Prokofiev parecía rechazar todo lo que consideraba trillado. La gran constante de su vida se asienta en la búsqueda, con frenesí, de la originalidad. Leyendo la primera parte de tu libro, pensé que su madre es quien instala en él este deseo. Resulta interesante la anécdota de los primeros años de estudio musicales, cuando ella buscaba todo el tiempo variantes al estudio del piano para que el pequeño Serguei no se aburriese ¿Podrías acercarnos tu opinión más exhaustiva sobre ese imperativo que pesa sobre él acerca de la originalidad de su obra?


Esta pregunta es muy interesante. No podría responder a ella singularmente porque para mí pertenece a una categoría filosófica: ¿Nace uno con ambiciones o las obtiene después? Prokofiev toma la decisión de ser original desde el principio de su carrera musical: elige para sí un camino mucho más difícil que el de imitar a alguien o usar métodos y expresiones musicales ya probados. ¿Por qué lo hace? Creo que, en primer lugar, por orgullo propio y, después, por saber bien que solo lo propio y original queda en la historia.


Nadia Koval



Uno de los párrafos que más me impactaron de la primera parte de tu libro, es cuando citas la autobiografía de Prokofiev; ese momento donde él se inscribe en la genealogía musical del siglo a partir de ciertos cálculos: “Nací en 1891. Borodín había muerto cuatro años atrás, Liszt cinco, Wagner ocho y Músorgski, diez. A Tchaikovski le quedaban todavía dos años y medio de vida. Había completado la Quinta Sinfonía pero todavía no empezaba la Sexta. Rimski –Kórsakov recién había terminado su Scheherezade y estaba preparándose para revisar la ópera Boris Godunov de Músorgski. Debussy tenía veintinueve años… Resulta llamativa esa inclusión a partir de ciertas sumas y restas. ¿Definirías a Prokofiev como un músico convencido de su genialidad?


¡Absolutamente! Y lo más importante es que su genio fue inequívoco desde muy temprana edad: escribió la ópera Velikan cuando solo tenía diez años .Para el ingreso al Conservatorio de San Petersburgo (a los 13 años) trajo sus cuatro óperas, dos sonatas, una sinfonía y varias piezas para piano. Luego, solo, sin protección y sin ayuda de nadie,viajó a Europa para conocer al famoso empresario Sergei Diaghilev y presentarle sus composiciones. Después viajó a los Estados Unidos, también solo y sin dinero, para mostrarle su arte al Nuevo Mundo.


La escritora argentina Victoria Ocampo asistió al estreno de La consagración de la primavera, de Igor Stravinski el 29 de mayo de 1913 en el Théâtre des Champs-Élysées ¿Podrías contarnos acerca de la relación entre este compositor ruso también excepcional y Prokofiev?


Sergei Rachmaninov, Igor Stravinski y Sergei Prokofiev fueron los tres gigantes de la música rusa del siglo pasado. Se fueron de Rusia en el período de la revolución bolchevique por razones políticas y por la incertidumbre que provocaba. Desarrollaron independientemente sus carreras y después se encontraron entre ellos en distintas circunstancias y en diferentes lugares de América y Europa. Prokofiev, siendo una persona bien educada, tenía un trato muy respetuoso con ambos colegas. Al tener casi la misma edad que Stravinski, Prokofiev lo trataba con más soltura. Se conocieron trabajando para los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev. A pesar de que mantenían una relación de amistad, el elemento de la competencia no desaparecía nunca.


Recuerdo gratamente en la presentación de tu libro el momento final, después de tu apasionada disertación, cuando una asistente manifestó su propia emoción y su deseo de escuchar, en ese momento, a Prokofiev… Y así nos despedimos, mientras sonaba la magnificencia de su obra. ¿Fue difícil decirle adiós a medida que ibas concluyendo su biografía? ¿Cuánto tiempo te llevó la escritura del libro?


El trabajo sobre el libro me llevó 6 años, y tengo que admitir que fue muy difícil. No solamente por la búsqueda, la recopilación y la traducción de los materiales y los documentos relacionados, sino por la responsabilidad de presentar la información de la manera más correcta y objetiva. Cuando terminé el libro, por un lado, sentí cierto alivio, porque pude llevar a cabo un proyecto muy importante para mí,pero por otro lado, tenía ganas de seguir agregando al libro otros datos que encontraba sobre Prokofiev.


¿Actualmente estás escribiendo? De ser así, ¿Podrías adelantar a los lectores de Refugios algunas características de tu próximo libro?


Después del trabajo sobre Prokofiev me sentía tan agotada que me dije a mí misma que nunca más volvería a hacer algo parecido. Pero cuando empecé a recibir muy buenos comentarios sobre el libro de parte de los lectores, sentí que tenía ganas de seguir trabajando. Ahora quiero escribir sobre los compositores soviéticos que vivían bajo la dictadura del régimen comunista.-



Nadia Koval y Alejandra Pultrone











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