Todos lo saben
Aunque Pueblo chico infierno grande, el director iraní Asghar Farhadi nos muestra al principio un pueblo español encantador al cual dan ganas de ir.
Lo que más rescato del film Todos lo saben, es el guión y la fotografía. En el guión se toca un tema tan importante para la narrativa y el cine: ¿Qué hace un ser humano ante una situación límite?. Es ahí, afirmo, donde se conoce de verdad al otro. Es en esos momentos, de vida o muerte, de tragedia posible, de catástrofe inminente. Y es también donde nos llevamos grandes desilusiones, o bellísimas sorpresas.
El director ganó dos Oscar y un Globo de Oro. Es iraní. Hasta ahí era lo único a lo que le ponía fichas en la película. Pero me sorprendió gratamente las actuaciones de Javier Bardem, que llega a inspirar una ternura infinita, y la gran Penélope Cruz, que cuando le toca un buen guión te lo hace vivir como propio. Al lado de ellos, el personaje de Ricardo Darín queda insignificante. Y hasta molesta un poco porque si lo sacás del seductor canchero, no es creíble. Quizás el contraste no sea tan casual.
El pueblo, la música, los rumores y la certeza de que en un pueblo chico, todos saben todo, menos, tal vez, el protagonista de una historia. El final es abierto. Al menos para mí. Me fui con la idea de que ante semejante situación no dudaría, si fuese el personaje de Laura (Penélope), a quien elegiría para compartir el resto de mi vida. Y con esa otra sensación inminente, de que no sé si debiéramos probar a la gente que nos acompaña, pero que ciertas crisis pueden ser bienvenidas para saber con quienes contamos en nuestra vida y con quienes no.-