si acaso la neblina
la casa
todos habemos una casa
con las puertas cerradas para siempre
nos enciende o deshilvana la infancia
pegada al corazón de la cocina
humeante humeando sobre el mármol
todos habemos una casa
de acariciados patios que partieron
en busca de infinitos corredores
o de largos pasillos
hacia el verano de los hospitales
todos habemos una casa
con infinitas pruebas de amor
y nerviosas manos
por la sabiduría de los delantales
todos habemos una casa
donde la mesa se agita
con la inmensa risa
de una perfecta hacedora de gallos
y azucaradas festividades
todos habemos una casa
con llave al comedor de luces amarillas
de zapatones y almidón de guardapolvos
amontonados en el alma
Todos tenemos
el corazón abierto
detrás de esas puertas
cerradas para siempre
si acaso la neblina
es posible la neblina sobre el aguaviva del entendimiento
que un domingo me levante y no sepa tu nombre
ni qué hago en esta casa llena de recortes y libros
no sé si haré preguntas si tendré respuestas a las tuyas
o mirada de ausencia mientras inútilmente busco peines
en la heladera o sacos de té en la caja verde del altillo
quizás insista con alguna palabra de las que repito desde
que era niño y creía en los santos y en las resurrecciones
tal vez pregunte la hora con insistencia mirando ventanas
o techos o el cuadrito con gallinas que me dio Manuel
seguro haré en el aire una lista de amantes y de muertos
como si estuvieran vivos y a punto de pasar la puerta
sin tocar con prisa empapados por la lluvia inesperada
y afligidos por la muerte de Clark Kent y de Mandrake
no estoy seguro de recordar a Santa Rita que da y quita
pero sí que me derramaré por su color morado igualito
a un sueño que solía tener los días jueves por allá
cuando me travestía y cantaba canciones de Queen
aprovecho a pedir ahora que oigo una campana lejos
no vayas a dejarme sentado en una silla de mimbre
frente a la nada del armario o el mantel de la cocina
prefiero un libro en el regazo y un vaso de agua
por si no te reconozco pero la sed me abrasa
eso sí no me hagas caso si lloro o te maldigo
no tiene caso dicen
una vez que el nubarrón está instalado
sobre el aguaviva del entendimiento
Parece que la muerte
la piedad es un ramito de albahaca que no juega al carnaval vestida va de ese verde perfumado que han cosido monjas de caridad distante de los cobres y sandungas la piedad está bordada por el silencio de los moribundos que se están muy quietecitos al amparo de la morfina la piedad no va descalza lleva los tacones de la dignidad que les legó una promesante ciega esa que cantaba "no hay mal que por bien no venga" mientras hacía equilibrio al borde de su propia tumba parece que la muerte va perdiendo secretos su misterio gozoso se parece demasiado a los ojos desorbitados de un bellísimo búho que vigila la respiración del mundo la piedad ya sabe: nos cortará el aliento solo si tropieza con esa libreta negra en el que suelen ciertas madres escribir con letra temblorosa el nombre de sus desaparecidos
hoy he comido pan de muerto
escaleras arriba suena el rito de la fiesta
criaturas con alas de maguey o mezcalina
caracoles de panteón y vas subiendo
ornado el altar aguamiel de las deidades
y vas subiendo subiendo vas subiendo
pulquería dios menor cueva de versos
botana generosa en cuencos y platillos
arriba espera dios el dios de la parranda
amasando un bolillo que copiará tu forma
rebozándola en luz y sangre azucarada
hoy habrás comido para tu propia dicha
tu pan de muerto en casa del poeta
para MARIO LOPEZ
en San Luis de Potosí
en este duro oficio
a uno le suceden nombres
que olvida detrás de los relojes
pero tornan siempre tornan
empapados de distancia
para tocarnos los labios
y abarcarnos el silencio
piden
llenarnos el aliento
de sonrisas que ya fuimos
quemarnos la mirada
decir cuánto envejecieron nuestros ojos
uno lo siente debajo de las uñas
mientras la vida sigue su marcha
astilla
No se turbe vuestro corazón
JUAN:14
el río sigue pasando por el ojo miope de mi memoria
aguas de hielo y apenas un relincho estoy allí
somos felices a pesar de las grietas en la galería
y la tormenta que Wagner encargará para matarnos
vemos el horizonte la línea ardida de los cerros
cómo avanza la noche con un violón desafinado
odio la monotonía de las cigarras
el chicharral
me clava su astilla
temo perder lo que me asiste
desnudo me levanto ciego bajo las cortinas
la orilla
¿te ha dado de comer
el Señor de los Muertos?
[Deméter -madre-
a Perséfone -su hija-]
'toda tierra puede ser grieta que nos lleve a los infiernos'
dicen que leyó mi madre el día quietecito del temblor
los hijos solo oímos del dulzor de las granadas
porque la vida se medía en azúcar y cuentagotas
administrada en sillas viejas como la tortuga
tal vez nos advertían 'el arrope del amor se acaba'
sin alharacas de juicio que era solo una muela tardía
algunos decín que no que se dormía el viento
que en el pedregal bailaban sin música los espantos
también era un galope sordo de mulas desbocadas
nadie moría de miedo ni de amor ni de nada
reventaban las frutas la santa rita se comía la tapia
la infancia derramaba en acequias que murmuraban
la risa tonta de muchachas la vereda del sofoco
que cabía en la bolsa de la compra o su monedero
ay la vida cobra caro y nunca es justo el vuelto
será quizás por eso que la maestra de Perseverancia
nos instaba a caminar por la orilla de todo
lo leyó mi madre y se lo guardó sin saberlo
the house
we all have a house
with is doors for ever closed
that kindles or unseams
our childhood chinging to the heart of the kitchen
steamy steaming on the marble countertop
we all have a house
with fondled patios gone away
in search of endless passageways
or long corridors
into the summer of hospitals
we all have a house
with numberless love tokens
and nervous hands
hidden by the wisdom of aprons
we all have a house
where the table shakes
with the inmense laughter
of a perfect cock awakener
and sugared celebrations
we all have a house
with a key to a dining room with yellow lights
big shoes and starch for school uniforms
piled up in the soul
we all have
our heart open
behind those doors
forever closed
in case the mist
mist may occur on the jellyfish of understanding
I may awake on a Sunday unaware of your name
or of my purpose in this house full of cutouts and books
will I ask questions? will I answer yours? I may have an
abuent look while I uselessly look for combs
in the fridge or tea-bags in the green box in the attic
perhaps I may insist with one of those words I chant
since I was a child believer in saints and resurrections I
may again ask what time it is staring at windows
and roofs or at the picture with hens a gift from Manuel
I will surely make a list in the air of lovers and the dead
as if they were alive and ready to come through the door
not knocking in haste soaked by the unforeseeable rain
and afflicted with Clark Kent and Mandrake's death
I am not sure to remember that Santa Rita gives and takes
but I will pour myself out over its purple color just like
in a dream I used to have on thurdays as long ago
as when I would crossdress and sing Queen's songs
I take the chance to beg now I hear a bell far away
do not ever leave me sitting on a basket chair
by the nothingness of a cupboard or a tablecloth
but rather put a book on my lap and a glass of water
in case I do not recognize you but I feel a burning thirst
and do not care if I weep or curse you
there is no pint they say
once the black cloud is settled
on the jellyfish of understanding
it looks as if death
piety is a little bunch of basil
that does not play carnival
it wears a scented green dress
sewn by the sisters
of charity far from the copper pans and dancing
piety is embroidered
by the silence of the dying
who just stay very quiet
in the shade of the morphine
piety does not go on naked feet
it wears the high heels of the dignity
inherited from a blind devotee
the one that used to sing
"every cloud has a silver lining"
while trying to keep her balance
on the border of her own grave
it looks as if death has less and less secrets
the joyful mystery now is too similar
to a beautiful owl with eyes wide open
invigilating the world's breathing
piety knows already:
death will cut our breath
only when coming across that black notebook
in which some mothers
write down with shaky handwriting
the names of their missing ones
I ate pan de muerto today
upstairs the revelry of the ritual celebration
creatures on the wings of the maguey or mescaline
cemetery snails and you are climbing the stairs
decorated altar hydromel of the gods
and you continue climbing climbing climbing
pulque shop minor god cave of verses
a lavish collection of bowls and saucers
awaiting high above is god the god of spree
kneading a roll in human shape
dipping it in light and sugared blood
today you will have eaten pan de muerto
for your own happiness in the poet's home
to MARIO LOPEZ
in San Luis de Potosí
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Selección de poemas de si acaso la neblina/in case the mist, edición bilingüe inglés-español, versión al inglés Nora Isabel Delgado, editado por Books&Smith, New York, 2018.
Jorge Paolantonio
(Catamarca, Argentina, 1947)
Escribe poesía, narrativa y teatro. Enseñó Lengua y Literatura Inglesa en universidades de Argentina. Entre 1973 y 2017 se publicaron diecisiete poemarios suyos además de seis novelas y veinte monólogos dramáticos. Traducido al inglés, italiano, francés, griego, árabe y japonés. Invitado a festivales y ferias del libro de América, África y Europa. Becario del Fondo de las Artes (Argentina), ha recibido, entre otros, el Premio Nacional-Regional de Poesía, el nacional 'Luis Franco', el de la Ciudad de Buenos Aires en novela, el nacional 'Echeverría' por trayectoria, el de Fundación Garzón-Céspedes (Madrid) por dramaturgia y el 'Soleluna' de ficción (Milán). Tiene el diploma 'Senador D.F. Sarmiento', la distinción más alta del Congreso de la Nación Argentina.