Agua de tres mares
la caída
amanece de una forma impersonal
y es invierno y es esa angustia que pendula entre la
premonición y la memoria
yo no le temo a la noche/es la noche quien me teme
sabe que vendrá mi jadeo y mis alas se van a replegar buscando refugio
refugio
el olvido no tiene orilla/ está siendo un río que lleva
los nombres de mi infancia
hace siglos que fui feliz mirando por los agujeros del mundo
los llenamos con arena y con espejos de arena y con libros de arena
la costumbre de mirarnos buscando el futuro/ el verbo que
deshace la materia/ las palabras que escriben sin saber que ya no existen
no existe
ya no existe el universo/
solamente la noche sigue escribiendo en las palomas que regresan a la playa
este muelle estuvo ahí antes de todo/ vio los
esplendores que bailamos cuando fuimos otros
la lejanía golpea con las olas en mis miedos
tu cuerpo vuelve a caer en círculos de un futuro que regresa
regresa
todas las mañanas cometo el mismo crimen/ asesino al hombre del espejo
no hay velorio/ no hay palabras
sólo un silencio incómodo entre dos desconocidos que
ya no sienten nada por el otro
tal vez un poco de ausencia/ tal vez una presencia apenas/
presencia
solamente el eco de un rostro que se aleja
desesperadamente te abrazo
desesperadamente te escribo
exijo a la memoria que el próximo recuerdo se quede para siempre
te quiero y no es todo/
todo
las luces prenden y apagan desde adentro/ las veces que reímos están en la
distancia
yo creía en vos y fuiste diamante
yo creía en vos y fuiste pájaro
de todas las maneras de mirar la lluvia elijo la que me asesina con tu nombre/
está descripto: el agua moja más cuando el dolor es hondo/
vas y venís del laberinto en el que me pierdo por buscarte/ están intactas tus
canciones/ tus cigarrillos/ tus bromas siempre a destiempo/ está la infancia
agazapada queriendo tocarme el rostro/está todo el amor que cae como la
lluvia en un patio sin pertenencia
pertenencia
la noche fue hecha para volver
mounstros que hablan un idioma antiguo planean su carnaval de insomnios
ya no funcionan los hechizos/ todo pasa una y otra vez como un espejo
dentro del espejo
a veces consigo bailar a solas en el
momento del olvido/ a veces me deshojo sin que me veas
Antonio Walter Pugliese
Poemas Tei Kei
Haiku
1
penden glicinas
del tejado de chapas
se escucha un tango
2
antes del vuelo
abanica sus alas
grulla migrante
3
gotas de lluvia
penden del alero
canta la alondra
4
guía al samurái
a la luz del monasterio
noche vernal
Hokku
5
luna de día
disfruta en el bosque
canto de grillos
6
canto rodado
con el torrente cubren
la playa helada
7
Insiste el viento
traerme tu perfume
tarde de otoño
8
la niebla oculta
el signo del adiós
trizando escarcha
9
enamorada
se prodiga feliz
la flor del viento
10
glicina blanca
despliega en el tejado
sus abanicos
11
copos de nieve
maquillan la ciudad
de blanca espuma
12
brota el geranio
en la cárcel azul
de la maceta
13
vuelven tus pasos
a despedirse lentos
noche otoñal
Felisa Zicari
El viento de la tarde
Al igual que Odiseo, navego el estrecho de Messina transportando gente y trastos. Como todas las tardes, voy pendiente de Escila y Caribdis. De las sirenas nos habíamos olvidado, ya que ellas no nos inquietaban desde que Kafka, entre otros, tergiversara el real influjo
de sus cantos.
Esta tarde el viento, puntual, artero, al cortarse en dos en el mástil principal, produce un sonido agudamente bello. Nuestros avezados marineros, de a uno, se van zambullendo obedientes. Al viejo cocinero lo sigue su cucaracha, la que desaparece junto a él, bajo ese mar convulso, haciendo gestos de ostentosa celebración.
Antonio Capriotti
La mosca
La mosca, atrapada en el vaso, volaba siempre hacia arriba buscando salir.
Insistió varias veces. Luego se quedó quieta y cuando por fin, alguien retiró el vaso, huyó. Si yo hubiera sabido que sólo era cuestión de esperar, quizás ahora sería libre como ella.
La tijera
Saco el costurero de lata. Cuando estoy por apoyarlo sobre la mesa, escucho que adentro, algo se mueve. Asustada, suelto la caja que cae al suelo y se abre.
La tijera salta del costurero y empieza a cortar todo a la mitad: el mantel, las cortinas, la alfombra, los sillones, una ventana, las paredes, la puerta. La tijera parece tener un objetivo y no para hasta cortarme a mí, en dos.
Carmen Nani
Crisis
El hombre del estómago vacío pidió: -El pan nuestro de cada día, danos hoy
– y revolvió la basura.
-Venga a nosotros tu reino- exclamó la mujer de corazón justo, y fue a
alimentar al hambriento.
-Líbranos del mal- rogó la anciana, mientras depositaba su voto en la urna.
El padre desempleado clamó: -No nos dejes caer en la tentación. Y se alejó
del barranco.
Adriana Irma Maggio
Meteorología
Arapytu ya no era tomado en serio, todos se burlaban de él por sus métodos incomprobables de predecir el tiempo y clima.
Aseguraba que, escuchando el canto de las chicharras, podía saber exactamente la temperatura máxima del día siguiente. Viendo el cuadrante noreste del amanecer de reyes, sabía precisar cuándo sería la primera helada.
Si el cielo se encapotaba, la lluvia dependía de que las vacas durmieron con la cola hacia el sur, que aseguraba diluvio, o al norte, sin que cayera una gota.
Un día le preguntaron:
- ¿Qué pasa cuando duermen para los dos lados?
Sin dudarlo contestó:
- Chaparrones aislados.
Ver
Tiene los ojos más hermosos del mundo, de un color oscuro casi indefinido.
Dependiendo la luz, parecen claros. Pero no son bellos por sus colores, sino por la magia de los sonidos que escuchan, mucho más allá de lo que podemos percibir. Únicos porque no dejan escapar los aromas de la vida. Ellos, pueden degustar cada partícula, de cada bocado, de cada día. Además, estos ojos
tienen memoria de todas las caricias y golpes, sean de manos, del río o del viento.
Nunca vi ojos como esos; en realidad solo vi, si lo puedo decir, sus lentes oscuros.
Eduardo Ariel Chervo
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Selección de textos pertenecientes a Agua de tres mares, Antología de poesía, microficción y ensayo,
resultante de premiación en el Certamen Literario Internacional HACIA ÍTACA 2021 / Antonio Walter Pugliese ... [et al.], Primera edición, editorial Lágrimas de Circe, Mar del Plata, 2021.
En esta antología, la palabra surca los mares Tirreno con poesía, Jónico con microficción y Egeo con ensayo.
Por ellos navegó Odiseo hacia Ítaca.
Autoras/es: Antonio Walter Pugliese; Alicia Márquez; José Osvaldo Antequera; Esteban Charpentier; Enrique Marchant Díaz; Mirta Venezia; César Cejas (Ces Le Mhyte); María Cristina Chiama; Griselda Andrea Salamone; Fabián Irusta; María Silvia Paschetta; Felisa Zicari; Antonio Capriotti; Jorge Héctor Ortiz; Jorge Claudio Simiz; Carmen Nani; Adriana Irma Maggio; Eduardo Ariel Chervo; Ana Pérez del Cerro; Mauricio Jarufe Caballero; María Guillermina Sánchez Magariños; Blanca Esthela Álvarez Caballero; Jorge Rubén Cano; Susana Gianfrancisco y Adrián Ferrero.
El Jurado estuvo integrado por Sergio A Giuliodibari –miembro coordinador–, María Marta Donnet
y Simón Esain.
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