Del goce y sus fronteras errantes
Tocar los bordes, plegar cada rincón del beso, volver a expandirlo, soltar el nombre, deslizar un soplo incierto.
Las alas del deseo.
Ofrendas de carne y hueso.
Nada más que barro.
Los himnos leves (editorial El mono armado, Buenos Aires, 2021), obra de la eximia poeta, escritora y ensayista Edda Sartori, rescatan el lirismo griego arcaico y primitivo, y lo rejuvenece con la delicada fuerza de una filosofía del cuidado, de la amorosidad, del acto íntimo de puro reconocimiento en la voz y en los ojos de otra o de otro que nos interpela, con la confidente predisposición afectiva muy cercana a la mirada amorosa de Jean-Luc Nancy e incluso de Roland Barthes respecto a esta cuestión.
El resultado es una poética del deseo y la excedencia, del tocar y del decir, del lenguaje y sus porosidades, del goce y sus fronteras errantes.
«σomos
fuga
, la voz
rojos
en la invisible gruta
llena, sobre la tierra oscura»
(P.35)
«τe soy
de nuevo
Tu sonido
estremece»
(P.39¡
« ιnforme goce
de fronteras errantes
deshabitado de mí
(Híbrido y feroz)
lamiente
oscuro
bella porosidad infinita »
(P.21)
En el origen, los fonemas.
Dan a luz a los vocablos que, luego, construyen el templo del lenguaje.
Templo que es un laberinto. Y éste, cuerpo del deseo, fuego abrasador.
Ese cuerpo, otros cuerpos, múltiples cuerpos que nos marcan, que nos indican y que nos surcan el camino de la exterioridad del don de sí.
Potencia de obrar sin medida, pura ofrenda, puro regocijo de estruendo silencioso, que delimita el campo de acción comunicativa, amorosa, y que traza las nervaduras de lo sagrado, de lo secreto. Acaso sea esto lo que permite recomenzar una y otra vez la representación de los puntos más álgidos de ese refugio diminuto en la sustancia última posible, de ese refugio diminuto en el aroma de la noche y sus transfiguraciones de carne y hueso. -
Ces Le Mhyte
Buenos Aires, 2021.
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